sábado, 29 de noviembre de 2008

Cómo ejercitar el cerebro

Sabemos que es necesario hacer ejercicios físicos para mantenernos activos, para que nuestros músculos no se olviden de cómo funcionar, para tener una mejor aptitud y capacidad física y para muchos otros beneficios. Pero parece que lo que no sabemos es que también tenemos que ejercitar nuestro cerebro para que éste funcione lo mejor posible.

Hacer actividad física no significa solamente ir a un gimnasio. Con hacer las tareas del hogar, pasear al perro, jugar con nuestros hijos ya estamos poniendo en movimiento varios de los músculos de nuestro cuerpo. Pero lo ideal es que esta actividad física invisible, como la llaman, sea constante, continua, diaria, para que nuestro organismo tenga una constancia de cómo trabaja, cuánto se mueve y etc.

Con el cerebro pasa más o menos lo mismo. Para estimularlo no requerimos de grandes esfuerzos o de ejercicios matemáticos complejos, por el contrario, es más fácil de lo que ustedes se imaginan, pero hay que tener voluntad para hacerlo.

Las actividades que realizamos a diario de forma rutinaria ya no estimulan al cerebro porque éste funciona en automático, está programado para hacer eso. Con esto decimos que cada una de las cosas que hacemos como por ejemplo caminar hasta el colectivo por el mismo camino todos los días ya no sirven de estímulo porque las neuronas que se utilizan son siempre las mismas.

Para ejercitar nuevos circuitos neurales, activando la mayor cantidad de neuronas posibles, la primera recomendación es:

“Leer, leer y leer. Con la lectura se activan todas las regiones de la corteza cerebral.”


Pero existen otros tipos de ejercicios que podemos realizar sencillamente y a diario para lograr un cerebro con mejor funcionamiento, memoria y un buen estado de ánimo. Algunos de ellos son:

• Ducharse con los ojos cerrados. Así lo que hacemos todos los días automáticamente nos va a costar un poco más, poniendo en movimiento nuevas neuronas que a lo mejor estuvieron toda nuestra vida quietas.

• Utilizar la mano no dominante. Para escribir, comer, lavarse los dientes. (Yo ya lo puse en práctica.)

• Leer en voz alta. Activa otros circuitos neuronales que cuando se lee en silencio.

• Cambiar las rutinas. Tomar diferentes caminos todos los días para ir al trabajo o a la escuela, cambiar de lugar los objetos de uso cotidiano.

• Aprender algo nuevo. Puede ser cualquier cosa que te imagines: computación, algún idioma, baile, cocina, jardinería, pintura, yoga, etc.

• Identificar objetos sin mirarlos. Por ejemplo, mientras estás viajando en el colectivo aburrido sin hacer nada puedes jugar a identificar las monedas que tienes en el bolsillo.

Espero que lo pongan en práctica hoy mismo. Son ejercicios fáciles que nos pueden ayudar mucho incluso en un futuro lejano cuando seamos ancianos.

Estar en buen estado físico e intelectual es lo mejor que nos puede pasar para estar de buen humor, sanos e interesados por el mundo que nos rodea.

Vía: “El cerebro también va al gimnasio” escrito por el Dr. Elías Norberto Abdala para la revista VIVA del diario Clarín el domingo 23 de noviembre de 2008.

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